DIAGNÓSTICO NEUROLÓGICO

Análisis e interpretación del Líquido Cefalorraquídeo en el perro y gato

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entre en el laboratorio del Hospital JG
por Dr. Aitor Fraile.
Veterinario del Hospital JG

INTRODUCCION
El análisis del líquido cefalorraquideo (LCR) es la prueba laboratorial más importante en pacientes con sospecha de padecer alguna enfermedad inflamatoria del SNC. Con frecuencia permite establecer una distinción entre proceso inflamatorio y otras patologías; obteniéndose en algunos casos, un diagnóstico específico. Es, por lo tanto, una importante prueba adicional en la exploración neurológica, que puede realizarse con una pequeña cantidad de LCR. Es una buena práctica realizar un estudio del LCR cada vez que se introduce un contraste para la realización de mielografías.

La existencia del líquido cefalorraquídeo se conoce desde tiempos muy remotos, aunque es a finales del siglo XIX cuando comienzan a sentarse las bases para su estudio sistemático, utilizando una metodología científica.

El LCR está localizado en el sistema ventricular y en el espacio subaracnoideo. Se produce principalmente en los plexos coroideos, a razón de 0,2 a 0,5 ml/min dependiendo de las especies animales, mediante ultrafiltración de la sangre y transporte activo. Circula en sentido ascendente sobre los hemisferios cerebrales y en sentido descendente por encima de la columna vertebral y las raices nerviosas. Su absorción tiene lugar, fundamentalmente, en los senos durales a través de las vellosidades aracnoideas. El desequilibrio entre producción y reabsorción, puede generar un aumento de la presión intracraneal, cuya etiología puede ser diversa, pero con frecuencia, se debe a edemas cerebrales o a masas (proliferativas o inflamatorias) que ocluyen el drenaje normal del LCR.

El LCR tiene varias funciones entre las que se encuentra el proporcionar un soporte físico al SNC, ejerciendo un efecto amortiguador ante posibles traumatismos. Además, el LCR tiene un importante papel en el transporte intracerebral de diversas sustancias, y protege el SNC de cambios agudos en la presión sanguínea. Asimismo, mediante los mecanismos de absorción y secreción, contribuye en la regulación de la presión intracraneal.

La concentración de algunos solutos constituyentes del LCR difiere de la del plasma, siendo en algunos casos, como la concentración del magnesio y cloruros, mayor en el LCR; reflejando que la formación del LCR se debe en parte al transporte activo de algunas sustancias. En otros casos como el potasio y bicarbonato, su concentración es menor que en el plasma. El sodio presenta una concentración similar en ambos líquidos orgánicos. Asimismo, se observan algunas diferencias en la composición del LCR obtenido por punción en la cisterna cerebromedular, o mediante punción lumbar.

Los parámetros del LCR se hallan alterados en algunos procesos inflamatorios, infecciosos, neoplásicos, traumáticos e incluso en algunos procesos degenerativos que afectan al encéfalo y a la médula espinal, sobretodo en las lesiones de estructuras próximas al espacio subaracnoideo.

Este trabajo no pretende ser un tratado exhaustivo sobre el análisis del liquido cefalorraquídeo, sino realizar una revisión de la literatura sobre su obtención, metodología e interpretación en el paciente canino y felino. Se facilitarán una serie de claves diagnósticas con una orientación eminentemente práctica, para que con unos pocos medios técnicos, puedan realizarse estudios rutinarios del líquido cefalorraquídeo en la propia clínica.

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